Restaurado en 1999, permite apreciar las características de un palacio gótico.
Carrer de la Comare, s/n.
Una de las muestras mejor conservadas del esplendor de los Condes de Oliva, los Centelles y Riusech, está en su castillo-palacio, del que aún conservamos la Torre de la calle Comare en muy buen estado. Formaba parte de las cuatro torres esquineras de planta circular que defendían los muros del edificio.
Ubicada en el ángulo sureste, sus tres plantas comunican con otras tantas estancias contiguas, correspondientes a salas rectangulares delimitadas en dos de sus lados por los muros perimetrales del monumento. El conjunto formado por la Torre y las salas, restaurado en 1999, permite apreciar las características de un palacio gótico, muy remodelado a principios del siglo XVI con la incorporación de elementos arquitectónicos y decorativos del primer Renacimiento.
Se recomienda la visita al Museo Arqueológico donde, entre otros materiales, se expone la maqueta del Palacio Condal en el momento de su máximo esplendor. Es un buen complemento para comprender la relevancia de este edificio en el marco de la arquitectura valenciana de los siglos XV y XVI.
Algunas de sus obras están repartidas por todo el mundo, el cual demuestra el poder político y cultural que los Centelles quisieron impregnar en el Palacio de los Condes de Barcelona.