La Safor se encuentra sobre un terreno modelado, gota a gota, por el agua para ofrecerle un todo, en muy pocos kilómetros: marjal, playas urbanas y vírgenes, ríos, montañas y cuevas que han configurado una extensa cultura viva y patrimonial.
El pueblo más pequeño de la Safor tiene tan sólo 0'4 km2 y se encuentra completamente rodeado por Gandia. Benirredrà es un paraje de tranquilo • dad, sólo alterado por sus manifestaciones culturales como el Porrat o las fiestas locales, así como las Fallas.
Desde la cima del Mondúver hasta el marjal de La Safor se alarga el término municipal de Xeresa. La población ha hecho un esfuerzo últimamente para promover un turismo natural y sostenible.
No es de extrañar que esta localidad haya optado por el eslogan turístico "naturalmente mágico" y es que en pocos km2 el pueblo pasa de los parajes más escarpados de su interior al borde del mar Mediterráneo.
En las faldas del Circ de la Safor, la cima más elevada de la comarca, encontramos uno de los parajes más frondosos y bien conservados de nuestras tierras. Las características geográficas del Circ, que recuerda a los glaciares de los Pirineos, han configurado una fauna y flora endémicas.
Se trata de la población más grande de la subcomarca natural de la Valldigna y se convierte en su salida al mar. Esto le permite disfrutar tanto de parajes de montaña como de marjal y costa.
La leyenda habla de que el Rey Jaume II El Just al ver aquellas tierras, hasta entonces llamadas de Alfandech, le dijo al abad del monasterio cisterciense de Santes Creus "qué valle más digna" refiriéndose a la construcción de un nuevo monasterio para la orden del Cister. Y desde entonces toda la historia de este lugar está configurada bajo la influencia del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna.
El municipio más grande del Valle del Vernissa conjuga a la perfección su patrimonio natural con el cultural. Un claro ejemplo de este hecho es el recorrido del PR-CV 100, senda corta y de baja dificultad, que durante su trayecto pasa por las fuentes del Castillo, el Barranc Blanc, el Llibrell y Les Galeries, así como la Penya Roja , hasta los restos del Castell de Borró, sX
Desde tiempos antiguos El Real de Gandia ha conseguido dominar el agua para cultivar sus tierras. Se ha hecho un trabajo de investigación y valorización de este patrimonio que tiene más de mil años, como es el caso de la acequia del Vernissa.
El visitante a golpe de vista podrá descubrir dos realidades bien diferenciadas en las calles del centro de Rafelcofer: por un lado apreciará las fachadas modernistas y de estilo eclíptico de la calle Mayor, ricamente ornamentadas, y por otra verá las casas de labradores, con grandes puertas para la entrada de los carros, y de un estilo mucho más sobrio.
La Safor es agua, es tierra fértil y es cultura, y si algún pueblo puede hacer una amalgama de estos tres elementos, ése es Potries. No en vano cuenta con uno de los patrimonios vivos del agua más cuidados.
En 1532 Piles fue protagonista del desembarco del pirata Barba Roja II, quien llevó sus naves desde Argelia.
Desde tiempos antiguos el Pueblo de Palmera ha sido el lugar donde las juntas del agua de la huerta de La Safor se han reunido para discutir sobre todos los temas que rodean el riego y la gestión de este recurso.
Nos encontramos frente a un término fértil, regado por los ríos Serpis y Vernissa, de este modo Palma de Gandia está rodeada de campos de regadío, naranjos...
La segunda ciudad por número de habitantes de La Safor conserva uno de los centros históricos más bonitos de la comarca. Por sus calles torcidas y empinadas del arrabal aún podemos sentir el aliento de los moriscos, mientras que en el barrio cristiano encontramos palacios y casas señoriales, con plazas y calles más anchas.
Las calles de Miramar muestran parte de su entramado antiguo de trazado irregular que ocupa las plazas de la Iglesia, del Trapig y Raconet y las calles Mayor y Abadía. El edificio más emblemático es la Iglesia de San Andrés, construida en el s. XVIII en estilo barroco, sobre la originaria de 1535.
La historia de Llocnou de Sant Jeroni está ligada a la del Monasterio de San Jerónimo. Durante siglos han sido los monjes quienes gestionaron los designios del lugar.
Una de las mejores maneras de conocer La Font d’en Carròs es realizar alguno de sus itinerarios perfectamente delimitados.
Situada en la orilla del río Serpis, l'Alqueria de la Comtessa tiene un término prácticamente llano, gracias a los sedimentos fluviales, sólo inmutado por la montañita de San Miguel y el barranco de Seret, o de Palmera.
Al parecer la toponimia de esta población hace referencia a su función original: vigilar la costa, guardar el mar. No ha sido hasta 2001 cuando se ha alcanzado el nombre oficial de Guardamar de la Safor, lo que ha dado pie a que se la conociera como la Alquerieta entre los pueblos de alrededor.
A lo largo de los años la capital de La Safor se ha consolidado como uno de los destinos turísticos más punteras de nuestro país. No en vano, puede llegar a triplicar sus habitantes en temporada alta, en verano.
Tradicionalmente, Daimús ha sido un pueblo agrícola pero, desde los años 60, ha hecho una clara apuesta por el turismo
Enclavado en el Valle del Vernissa, Castellonet nos ofrece la oportunidad de realizar diferentes rutas, tanto a pie como con la bicicleta.
El río Serpis ha impregnado a los pueblos de su ribera de un carácter muy especial. En el pueblo de Beniflà contamos con importantes vestigios de la arquitectura hidráulica.
Dar un paseo por Benifairó de la Valldigna es transitar entre la naturaleza y la leyenda.
Este pueblo bañado por el río Serpis, se encuentra rodeado de naranjos y de la esencia de la familia March.
El término municipal de Bellreguard está dividido en dos núcleos urbanos, por un lado el pueblo y por el otro la playa, y por el medio cruza el de Miramar.
Barx, y su pedanía La Drova, son sobre todo naturaleza. Muchas rutas pasan o parten de la localidad, además, es todo un referente para practicar la espeleología en sus cuevas y simas.
En pocos pueblos se vive el espíritu ferroviario con tanta intensidad como en Almoines, y es que sin moverte de la localidad puedes hacer un viaje histórico por tres comarcas valencianas.
Su término está enmarcado en el Valle del Río Vernissa y podemos encontrar gran diversidad de parajes naturales de todo tipo como barrancos, fuentes, cuevas... Destacan la colina del Altramuz y el barranco del río Vernissa.
En medio del Valle del Vernissa y rodeada por las Sierras d'Ador, Falconera y Grossa se sitúa Alfauir.
Conocida como el balcón de la Safor, goza de una de las vistas más bonitas de la comarca.